Section 5.8 Spanish - NÚMERO PEQUEÑO Y LA COSECHA DE SALMÓN
Escrito por: Veselin Jungic y Mark MacLean
Ilustrador: Simon Roy y Jess Pollard
Narrado en español por: Christian Rosete
Número Pequeño es un jovencito que se mete en muchas travesuras. Él vive en una villa pequeña cerca del agua con su madre y su padre. Es un fresco día de otoño y Número Pequeño está ayudando a su padre a preparar las redes para la cosecha de salmón de mañana.
“Hay un banco de salmón por La playa línea recta. Necesitamos poner nuestra red en la mañana mientras la marea está aún alta”, dice el padre de Número Pequeño. Es la primera vez que Número Pequeño irá con su padre a pescar salmón y tiene muchas preguntas.
“¿Por qué están estas piedritas redondas en un lado y esos pedazos de cedro en el otro lado de la red? ¿Para qué necesitamos esas dos rocas grandes? ¿Cuál es el peso de esas piedritas? ¿Qué tan apartadas están? ¿Por qué las piezas de cedro están cortadas de esa forma? ¿Qué tan larga es la red? ¿Qué tan profunda es la red?”
“Sé paciente, Número Pequeño, aprenderás todo mañana”, ríe su padre. “Ahora corre y dile a tu abuelo y a tu tío que la red está lista, y que deberán estar en nuestra playa antes del amanecer.”
Número Pequeño está muy emocionado acerca de su nueva aventura y cuando por fin logra dormir, él sueña acerca de un gran salmón brincando afuera del agua y cayendo atrás con una salpicada.
“Despierta Número Pequeño. Tu padre ya está abajo en nuestra playa”, Número Pequeño escucha la voz gentil de su madre.
Cuando sale, Número Pequeño se detiene y mira alrededor. Él ve los picos oscuros y afilados de las montañas al norte, y escucha el sonido de las olas y los graznidos de las gaviotas.
Abajo en la playa, Número Pequeño ve a un grupo de hombres y empieza a correr hacia ellos tan rápido como puede. “Justo a tiempo, Número Pequeño”, dice su abuelo abrazándolo. “Nuestras canoas están cargadas con las redes y las canastas, y nosotros estamos listos para ir.”
Cuando ellos llegan a Playa línea recta, el abuelo de Número Pequeño y su tío jalan su canoa afuera del agua. Número Pequeño y su padre se quedan en su canoa y pasan los extremos de las líneas de las redes al abuelo. Número Pequeño se aleja de la playa remando, mientras su padre continúa aflojando las líneas de la red.
Cuando ellos alcanzan el inicio de la red, voltean la canoa paralelamente a la playa y papá tira una piedra grande que está pegada a la red dentro del agua. “Esta ancla sostendrá la red en su lugar”, él le dice a Número Pequeño. “Oh, ya veo”, grita Número Pequeño, “¡las piedritas mantendrán un borde de la red en el fondo y las piezas de cedro flotarán y mantendrán el otro borde de la red en la superficie!”
Número Pequeño ve cómo un gran grupo de salmones se ha desplazado hacia la costa con la marea entrante. Mira sus cuerpos grandes y suaves y siente que los latidos de su corazón se aceleran. “¡Qué tan fuertes y hermosos son estos peces!”
El ancla asegura el otro extremo de la red y Número Pequeño gira la canoa hacia la playa, donde su padre pasa las líneas de la red al tío de Número Pequeño.
Mientras que su papá jala la canoa afuera del agua, Número Pequeño pregunta, “¿Cuántos salmones hemos pescado hoy? ¿Cómo vamos a dividir los salmones entre nuestras familias? ¿Habrá suficiente para todos? ¿Cómo sabemos que el salmón volverá?”
“Tenemos nuestras maneras”, responde el padre. “Ahora, tu quédate aquí a ayudar a tu tío a jalar las líneas de la red. Yo iré a ayudar al abuelo.”
Ellos empiezan a arrastrar la red. Número Pequeño ve que todos los peces están capturados entre el área en medio de la playa y la red y le dice a su tío. “Qué bueno que vinimos durante la marea alta. Si la marea fuera baja, no hubiéramos agarrado tantos peces. ¡Nuestras maneras son buenas!”
Pregunta: ¿Por qué Número Pequeño pensó que durante la marea baja la pesca sería mucho más pequeña?